La Vitamina D/D3 es una vitamina liposoluble que se encuentra en fuentes animales como el pescado, la clara de huevo y los productos lácteos enriquecidos. El organismo también la sintetiza a partir de la luz solar. La carencia de vitamina D afecta a casi todas las personas que viven al norte de los 30º de latitud debido a una exposición limitada a la luz solar y a una ingesta alimentaria inadecuada. La deficiencia de vitamina D se ha relacionado con el deterioro cognitivo en las personas mayores. En este blog exploraremos este tema en detalle. La vitamina D desempeña importantes funciones en todo el cuerpo humano. Contribuye a mantener unos huesos sanos ayudando al organismo a absorber el calcio para poder formar dientes y huesos. También ayuda a regular el sistema inmunitario, evitando que determinadas infecciones se conviertan en mortales o reaparezcan con mayor facilidad. Además, las investigaciones sugieren que unos niveles bajos de vitamina D pueden afectar a múltiples sistemas orgánicos, entre ellos el sistema nervioso, el aparato digestivo y el sistema reproductor (ver entrada de blog aquí).
¿Qué es un nivel saludable de vitamina D?
Vitamina D es un término que hace referencia a un grupo de compuestos liposolubles denominados ergosteroides. La principal fuente dietética de vitamina D es la exposición al sol. De hecho, las reservas de vitamina D en el cuerpo humano disminuyen durante el sueño y con el exceso de ropa. Además, el nivel de vitamina D depende de varios factores, como la edad, la pigmentación de la piel, el estado de salud y los hábitos alimentarios. Un nivel saludable de vitamina D puede estimarse midiendo el nivel en sangre de 25 hidroxivitamina D o 25OH vitamina D. Un nivel de vitamina D entre 50 y 89 ng/ml se considera suficiente para la mayoría de las personas.
Deficiencia de vitamina D en ancianos
Debido al proceso de envejecimiento y a la menor exposición a la luz solar, cada vez más personas presentan niveles bajos de vitamina D. La carencia de vitamina D es un problema de salud pública cada vez mayor en los países desarrollados y recientemente se ha convertido en un tema de interés en los países en vías de desarrollo. La mayoría de las investigaciones se han centrado en las personas mayores que viven en residencias; sin embargo, es importante señalar que incluso las personas más jóvenes pueden beneficiarse de la administración de suplementos de vitamina D. Los niveles plasmáticos bajos de 25OH vitamina D se han asociado a un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Los estudios han revelado que las personas con un nivel de vitamina D inferior a 30 ng/ml tienen muchas más probabilidades de sufrir trastornos cognitivos que aquellas con niveles de vitamina D superiores a 50 ng/ml. Un estudio reciente descubrió que los niveles de vitamina D también estaban asociados a la demencia en personas mayores que vivían en la comunidad. Este estudio sugiere que la deficiencia de vitamina D podría ser una de las causas subyacentes del deterioro cognitivo en las personas mayores.